Recetas de Salsas

Cómo hacer salsa de tomate casera

La salsa de tomate es una de las salsas más consumidas en todo el mundo. Sin embargo, muchas veces no pensamos en que la salsa de tomate da mucho juego más allá de la pasta. Nos puede servir perfectamente para complementar un pescado a la plancha, para unas albóndigas o para un arroz a la cubana.

Si lo que queremos es preparar una buena salsa de tomate, lo más importante es que nuestros tomates estén muy muy maduros. Lo ideal es hacerlo cuando el tomate está en época, a mediados o finales de verano. Podéis hacer mucha cantidad una vez y, si vuestro congelador es lo suficientemente grande, congelar botes de salsa para todo el año.

Ingredientes para una tartera de salsa de tomate:

  • 5 tomates
  • 1 bote de tomate natural triturado
  • 2 o 3 cebollas
  • 4 pimientos verdes
  • 1 pimiento rojo
  • Ajo
  • Sal
  • Perejil
  • Aceite de oliva.

Para empezar, pelamos y cortamos los tomates. Los rallamos o los cortamos en dados y reservamos.

Pelamos y picamos la cebolla y cortamos los pimientos en tiras. En una pota, cubrimos el fondo con aceite y añadimos ahí el ajo cortado en láminas.

Cuando el ajo se dore un poco, incorporamos a la pota la cebolla y el pimiento verde y rojo y dejamos que se pochen mucho, hasta que estén muy blandos.

Cuando la cebolla y los pimientos estén listos, añadimos el tomate y el perejil picado. Salamos toda la mezcla y la probamos para no pasarnos con la sal.

Tapamos la pota y dejamos que hierva a fuego medio alto. Cuando rompa a hervir, y sin dejar de remover (¡si no se pega!) lo volvemos a tapar, bajamos el fuego al mínimo y dejamos que cueza así durante hora y media o dos horas.

Cuando haya pasado el tiempo, retiramos del fuego y añadimos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. En la misma pota, trituramos nuestra mezcla con una batidora y, cuando coja la textura deseada, dejamos que enfríe.

Ahora lo único que debemos tener es un poco de paciencia para que la salsa enfríe y podamos distribuirla en botes para congelar.

La salsa de tomate casera es ideal, y una vez que veamos lo rica que sale y el poco trabajo que cuesta, no volveremos a traerla del super. Además, al congelarla, no volveréis a hacer salsa en mucho tiempo.

Cómo preparar mayonesa casera

La mayonesa es una salsa básica en cualquier cocina. Saber prepararla nos abrirá horizontes para elaborar un sinfín de platos para los que la necesitamos.

Hay recetas, como la ensaladilla rusa o la montaña de patatas para la que es imprescindible saber hacer una buena salsa mayonesa, y hoy os enseñamos cómo.

Es una receta super fácil y se hace en dos minutos, así que ya no tenemos excusa para comprarla en el supermercado en vez de hacerla en casa. Veréis que poco o nada tiene que ver esta salsa mayonesa con la que compramos en el super.

Ingredientes para 4 personas:

  • 1 huevo
  • Aceite de oliva suave o girasol
  • Medio limón
  • Sal

Lo primero que necesitamos para elaborar nuestra salsa mayonesa es una batidora y un vaso alto para prepararla. En este recipiente ponemos un huevo con una pizca de sal.

Cuando tengamos el huevo y la sal, debemos añadir el aceite de oliva suave o el aceite de girasol, según hayamos elegido. Sea como sea, la cantidad inicial de aceite nunca debe superar los dos dedos en el vaso.

Debemos echar el aceite lentamente y, cuando llegue a la cantidad deseada, empezamos a batir con una batidora a velocidad baja y, en principio, sin mover la batidora.

Para hacer bien una mayonesa hay dos aspectos clave que debemos tener en cuenta: por una parte debemos fijarnos bien en el aceite.

Si elegimos el de oliva, deberá ser suave (nunca normal o virgen extra). Si no usamos este tipo de aceite, la salsa quedará con un sabor a aceite muy fuerte.

Por otra parte, otra cosa con la que debemos tener mucho cuidado es con que el huevo no se corte durante la preparación.

Un truco es, como os dije antes, mantener la batidora quieta en un principio, durante más o menos un minuto mientras todo se empieza a mezclar.

Una vez que el huevo y el aceite estén bien mezclados, tendremos que ir añadiendo, poco a poco, más aceite, para que la salsa espese.

Cuando la salsa tenga el espesor que nos guste, será la hora de añadir un chorrito de zumo de limón, para que el sabor de la salsa no sea tan fuerte y consigamos un toque ácido.

En algunas recetas de mayonesa aparece que el sabor del aceite se puede cortar con otros cítricos como la naranja o la lima; otras recetas prefieren utilizar el vinagre para esto.

Os animamos a que probéis a hacer todas estas variantes y así podáis decidir cuál es la que os gusta más. ¡Adelante!

Cómo hacer salsa barbacoa casera

La salsa barbacoa es el complemento ideal para carnes como el pollo, el lomo de cerdo o el costillar de ternera. También se puede utilizar como acompañamiento para patatas fritas o aperitivos tipo nachos.

Su base es el tomate acompañado de vinagre y algunas especias, aunque hoy haremos una salsa un poco diferente, añadiéndole una pizca de miel. Si no os gusta, podéis hacerla sin este ingrediente perfectamente.

Lo bueno de esta salsa es que podemos darle varios matices a su sabor, por ejemplo, introduciendo toques ahumados o haciéndola un poco picante.

Ingredientes para un bol de salsa:

  • ½ pimiento rojo
  • ½ pimiento verde
  • ½ cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharada de salsa de tomate
  • 2 cucharadas de ketchup
  • 2 cucharaditas de miel
  • 1 cucharadita de azúcar
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Tabasco
  • ½ cucharadita de pimentón (dulce o picante, al gusto)

Lo principal para que nuestra salsa barbacoa quede rica es picar mucho los ingredientes. La cebolla y los pimientos debemos meterlos en la picadora antes de sofreírlos, y trocearlos lo máximo posible, para que después no se noten en el conjunto de la salsa.

En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sofreímos los pimientos y la cebolla durante 5 minutos; incorporamos el ajo muy picado también y freímos unos 8 minutos más.

Cuando estén listos los ingredientes, esperamos a que enfríen y reservamos. En un bol, colocamos la cucharada de salsa de tomate, el ketchup, y las dos cucharaditas de miel. Diluimos la sal y el azúcar en un poquito de agua (muy poquita) y lo añadimos al bol.

Cuando las verduras hayan enfriado, las incorporamos a nuestro bol y, a continuación, añadimos la media cucharadita de pimentón, la pimienta negra molida y el tabasco.

Removemos todo bien para que los sabores se mezclen y dejamos reposar durante 10 minutos. Cuando veamos que todo está bien unido, lo pasamos por un pasapurés o lo trituramos con una batidora.

Cuando adquiera la textura que buscamos, retiramos la batidora y dejamos que la salsa enfríe. Una vez fría, la probamos y rectificamos alguno de los ingredientes si es necesario.

Esta receta es ideal para acompañar a vuestras barbacoas, o para poner como complemento a algún aperitivo. Unas patatas fritas de bolsa quedarán mucho más originales si las acompañáis de esta salsa. ¡A disfrutarla!

Receta fácil y rápida de guacamole

Las salsas mexicanas son famosas en todo el mundo por sus sabores y, sobre todo, por su toque picante. Sin embargo, hoy os presentamos una de las pocas salsas de este país en la que no destaca el picante.

El guacamole es un acompañante ideal para aperitivos, carnes e incluso pastas; tiene como ingrediente principal al aguacate, acompañado de otras verduras, cilantro y limón. Hoy os presentamos una receta facilísima y que podéis hacer en cinco minutos.

Ingredientes para 1 bol de guacamole:

  • 3 aguacates grandes muy maduros
  • 1 tomate
  • 1 pimiento verde
  • 1 guindilla
  • ½ cebolla
  • 2 cucharadas de cilantro fresco
  • Zumo de un limón
  • Sal

Lo primero que tenemos que hacer para empezar a preparar nuestra salsa guacamole es pelar los tres aguacates, separando la carne de la piel. Para que sea más fácil podemos partirlos a la mitad antes de nada.

Seguidamente, quitamos el hueso del aguacate y lo reservamos. Ponemos la carne en el bol donde vayamos a hacer a salsa y la aplastamos toda con un tenedor hasta que quede como una crema verde.

A continuación, picamos la cebolla y el pimiento en trozos muy muy pequeños y se lo añadimos a la crema. Rallamos el tomate pelado y lo añadimos. Machacamos el cilantro con ayuda de un mortero y lo incorporamos también.

Después de esto, debemos cortar en aritos la guindilla, de forma que después sea fácil quitar la mayor parte (recordad que no queremos que esta salsa destaque por su picante). La añadimos a la mezcla junto con la sal y un poco de zumo de limón, para que la salsa no se ponga oscura.

Lo mezclamos todo bien con ayuda de una cuchara de madera y, cuando la mezcla sea uniforme, colocamos el hueso del aguacate que habíamos reservado en el centro del bol.

Finalmente, tapamos la salsa con un poco de papel film y la dejamos reposar en la nevera un rato. Es muy importante que, cuando la saquemos de la nevera para servir, nos acordemos de quitarle la mayor parte de la guindilla.

Como consejo para acompañar esta salsa en un aperitivo, podemos comprar nachos o galletitas saladas en el supermercado. También podemos utilizar la salsa de acompañante de una buena carne o simplemente ¡comérnosla con una cuchara!

Cómo hacer salsa rosa casera

Probablemente la salsa rosa sea una de las salsas frías más comunes para acompañar a platos de todo tipo, desde marisco hasta pasta. Con su base de mahonesa y la combinación de otros ingredientes conseguiremos una salsa casera maravillosa que aportará un toque diferente a nuestras recetas.

Ingredientes para 4 personas:

  • 1 huevo
  • Aceite de oliva suave o girasol
  • Medio limón
  • Mostaza
  • Ketchup
  • Tabasco
  • Sal
  • Brandy o coñac (opcional)

En un vaso alto de batidora se pone un huevo y se le echa una pizca de sal. A continuación, se añade un poco de aceite de oliva suave o girasol (como uno o dos dedos en el vaso) y se empieza a batir con una batidora a velocidad baja.

Hay que fijarse en que el aceite, si es de oliva, sea suave (no virgen extra) porque si no la salsa quedará muy fuerte y se perderá la esencia ligera de esta receta. Otro aspecto a tener en cuenta es tener cuidado para que el huevo no se corte mientras la preparamos; un truco es mantener la batidora quieta durante un minuto mientras se mezcla bien todo el aceite con el huevo.

Para que la salsa no quede muy líquida deberemos añadir más aceite poco a poco hasta que coja el espesor que queremos. Cuando la salsa haya espesado debemos añadirle un poco de zumo de limón, para que le dé el toque ácido de los cítricos.

Hay cocineros que, para esta receta, prefieren utilizar vinagre o zumo de otros cítricos (como la lima o la naranja); podéis probar a hacer modificaciones de este tipo y ver cuál os convence más.

Para terminar la salsa rosa hay que añadir un poco de ketchup, una cuacharadita de mostaza y tabasco al gusto. Se vuelve a remover con la batidora hasta que quede una salsa de color entre rosa, naranja y rojo. Finalmente, se añade un chorrito de brandy o coñac.

Si no nos convence el color de la salsa en el primer intento podemos rectificar alguno de los ingredientes: echar un poco más de ketchup o, si ha quedado muy líquida, añadir un poco más de aceite.

Para acabar solo falta acompañar esta salsa de lo que más nos guste: unos langostinos, un cóctel de marisco o, simplemente, un poco de pan¡Con cualquier cosa está buenísima!

Cómo hacer bechamel en dos minutos

La salsa bechamel es un clásico en cualquier cocina, sobre todo en todos aquellos platos que se preparan con pasta: desde una lasaña hasta unos macarrones gratinados son los acompañantes perfectos para esta salsa. Además de ser muy fácil de preparar, tan sólo necesitamos un par de minutos para elaborarla y el resultado siempre supera las expectativas.

Esta salsa puede prepararse de muchas formas, tiene muchas variaciones y se puede adaptar a los platos que acompaña; sin embargo hoy vamos a ver la receta básica de la bechamel, para que a partir de aquí podamos hacer sobre ella las variaciones que más nos apetezcan.

Ingredientes para 6 personas:

  • 2 cucharadas soperas de harina
  • 50 gramos de mantequilla
  • 2 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • 3/4 litros de leche fría (preferiblemente entera, aunque también puede prepararse con leche semi o desnatada)
  • Sal
  • Nuez moscada (opcional)

Para empezar a preparar nuestra salsa bechamel necesitamos coger una sartén y ponerla a calentar a fuego medio; pondremos aquí la mantequilla a calentar con el aceite. Un vez que la mantequilla se ha derretido se añaden las dos cucharadas de harina y se remueve con una cuchara de madera.

Poco a poco, se le va añadiendo la leche fría, sin dejar de dar vueltas para que no se pegue la salsa y no se hagan grumos. Cuando se han incorporado los 3/4 litros de leche se le da un hervor a la salsa de entre 8 y 10 minutos, sin dejar de remover. Finalmente se le añade (al gusto) la nuez moscada rallada que le aporta un toque de intensidad a la salsa.

Dependiendo de para qué plato preparemos la bechamel debemos hacerla más o menos espesa. Si queremos que la salsa quede más clara se le puede añadir más leche. Si, por la contra, queremos que quede más espesa, habrá que cocerla un ratito más, siempre respetando las cantidades propuestas.

Como veis es una receta super fácil que podemos preparar aunque tengamos poco tiempo así que… ¡animaos!